Entre los eventos de Yakuza 6, Yakuza: Like a Dragon y Like a Dragon: Infinite Wealth hay unos pequeños huecos que rellenar. ¿Qué fue de Kiryu? ¿Qué le hicieron los Daidoji? ¿Por qué acabó participando en la disolución de las dos mayores facciones de la yakuza? Aquí es donde entra Like a Dragon Gaiden: The Man Who Erased His Name. Con temática de agente secreto incluida.
Contexto
Like a Dragon Gaiden: The Man Who Erased His Name es un RPG de historia que salió en noviembre de 2023. Se trata de un spin-off de la saga Yakuza, actual Like a Dragon. Narra los hechos que le ocurren a Kiryu durante el transcurso de Yakuza: Like a Dragon, además de los eventos anteriores y posteriores.
Este juego cuenta con una demo jugable de Like a Dragon: Infinite Wealth tras terminar la historia principal, la cual dura algo menos de 12 horas si se va a piñón.
Premisa
Tras fingir su muerte durante los eventos de Yakuza 6, Kiryu pasa a ser un agente de los Daidoji bajo el nombre de Joryu. Tiene que cumplir los encargos que le vayan encomendando y, lo más importante, evitar ser reconocido por otras personas que puedan hacer creer que el Dragón de Dojima sigue vivo. Sin embargo, un día, unos integrantes de la Alianza Omi secuestran a Hanawa, el superior directo de Kiryu. Y sus exigencias son que Kiryu se una a ellos cuando Masaru Watase, capitán de la Alianza Omi, salga de la cárcel.

Kiryu, sabiendo que los Daidoji pueden recurrir a atacar a los niños del orfanato, se niega en rotundo. Sin embargo, tampoco va a dejar morir a Hanawa. Por tanto, acaba acudiendo a Sotenbori en busca de respuestas.
Gameplay
La gran novedad de este Like a Dragon Gaiden: The Man Who Erased His Name es el estilo agente. Con este estilo de combate, Kiryu hará golpes más técnicos, podemos decir, además de tener acceso a ciertos artilugios:
- Araña: Una cuerda que se engancha a un enemigo y lo inmoviliza. Al inmovilizar enemigos, los podremos lanzar por los aires y contra otros enemigos.
- Avispón: Drones que podemos llamar. Atacarán solos a los enemigos y, si nos cubrimos, nos harán de barrera.
- Luciérnaga: Cigarrillos explosivos. Imagina lanzar una granada chiquita con forma de pitillo, pues eso mismo.
- Serpiente: Zapatillas con turbo. Nos permitirán propulsarnos contra enemigos o huir de ellos, pero cabe destacar que haremos un pelín de daño si nos estampamos contra alguien.
Además del estilo agente, también tenemos el estilo yakuza de toda la vida de Dios. Y también tenemos el Modo Calor Extremo para ambos estilos, siendo el del estilo yakuza muy similar —por no decir idéntico— al de Yakuza 6. El daño de las acciones de calor en este modo se puede mejorar junto al resto de las estadísticas. Y estas, al igual que técnicas nuevas, se obtienen invirtiendo dinero y puntos de Akame, los cuales conseguiremos realizando encargos y completando la lista de tareas.

En esta entrega, vuelve a haber un coliseo tal y como lo conocemos, como aquel al que nos hacía ir el Florista en juegos anteriores. Pero, además, se le añade una categoría llamada «Equipo Infernal», en la que combatiremos nosotros y un equipo de personajes que formemos.
Apartado técnico
A nivel visual, no hay mucha diferencia con los videojuegos de la saga que usan el motor Dragon Engine, más allá de algunos detalles en la iluminación. Vamos, que se ve bien bonito. Aunque, eso sí, hay muchas más partículas cuando entramos en el Modo Calor Extremo.

La banda sonora es, como nos viene acostumbrando la saga, muy buena. Se mantiene en la línea de Yakuza: Like a Dragon, tirando más por lo electrónico. Además, en cierta ronda del coliseo, hay canciones de jefes finales de la saga, del primer Yakuza al 6.
En cuanto a bugs, nada que destacar más allá de las trastadas con las físicas que puede hacer el motor. Ell rendimiento también es bueno, sin caídas de frames inesperadas o bruscas. Aunque, eso sí, pesa 80GB, lo cual choca mucho teniendo en cuenta que es un juego que se puede platinar en 25 horas. La demo de Like a Dragon: Infinite Wealth no le hace mucha justicia.
Lo peor
Demasiadas acciones posibles
El estilo agente aporta algo de frescura a este título, eso es innegable. Un nuevo estilo de combate, con nuevos movimientos y nuevos artilugios, como cigarrillos explosivos, drones, una cuerda todopoderosa o zapatillas cohete. Hasta ahí, todo bien.
Sin embargo, el problema radica en el cómo se usan estos artilugios, ya que todos se usan —en mando, al menos, que es la forma más cómoda de jugar— manteniendo pulsado el botón correspondiente. Sin embargo, el juego no detecta que estés manteniendo presionado el botón si te estás levantando de ser derribado, por ejemplo, lo cual lleva a unas fracciones de segundo muertas. Ocurre especialmente con la Luciérnaga, ya que con esta sí o sí tienes que estar mirando a alguna zona para poder apuntar. Con los drones y con las zapatillas esto no hace tanta falta, puedes mirar a donde sea y puedes cumplir el propósito del artilugio en mayor o menor medida. Con la cuerda también tienes que apuntar un poquito, pero se redirige casi siempre a un punto más viable.
No obstante, esta implementación de los controles hace que el combate sea menos fluido de lo que debería ser si lo comparamos con el estilo de combate sin usar los artilugios y desincentiva su uso, especialmente en los combates contrarreloj del coliseo.

La barra de heat está fría
Si tenemos los juegos cronológicamente anteriores a Yakuza 6 en mente, nos daremos cuenta de que la barra de calor se recarga mucho más lento en esta entrega, especialmente en los combates de uno contra uno. Si es contra grupos grandes de enemigos, todavía podemos hacer virguerías con los artilugios, pero poco más.
Y, además, el Modo Calor Extremo en este Like a Dragon Gaiden: The Man Who Erased His Name baja la barra de calor cuando lo estamos usando —como siempre ha sido—, pero también bajará mucho más rápido cuando nos golpean. Vamos, que más nos vale ser implacables en combate cuando entremos en este modo o simplemente veremos la animación y ya está. Por sí mismo, esto ya es una molestia, y ya si se le suma el que habrá ocasiones en las que nos debatiremos entre usar una acción de calor y si entrar en el Modo Calor Extremo para saber con qué podemos hacer más daño, pues bueno. Pegar básicos siempre está bien.
Se queda corto en algunos aspectos
Como ya comenté antes, la historia principal de este Like a Dragon Gaiden: The Man Who Erased His Name es bastante corta. Y, como tal, tampoco tiene demasiadas oportunidades para profundizar en ningún tema concreto. Intenta tratar de forma simultánea la relación entre los Daidoji y Kiryu, su voluntad para proteger a los niños de Okinawa y también intenta dejar ver el mal estado de la yakuza. Si bien consigue de forma superficial tratar estos temas, tampoco acabamos con una copla muy exacta de ello.
Sin embargo, la historia no es lo único que se queda corto en esta entrega. Vuelve a haber muy pocos quick-time events en combates contra jefes. Como ya vengo diciendo siempre que digo esto en otras entregas, los pocos quick-time events no son un elemento malo de por sí. No obstante, sí que hay muchos momentos cinemáticos durante los combates contra según qué jefes, lo cual pillará descolocado a cualquier persona que esté acostumbrada a la saga Yakuza. Es un juego mucho más cinemático que dinámico en términos de combates contra jefes, contrario a lo que la saga de Kiryu nos tiene acostumbrados, haciendo que se pierda parte del encanto del gameplay.
Lo mejor
Contenido secundario
La historia principal es corta, pero el contenido secundario del juego prácticamente duplica las horas de juego si queremos disfrutar de todo lo que tiene que ofrecer. Vuelve el maravilloso Pocket Circuit, los Scalextric de Yakuza. Hay nuevos temitas para el karaoke también, hay misiones secundarias hilarantes —no intentéis ligar usando ChatGPT— y el coliseo de verdad merece la pena. Si bien la subtrama de este es la clásica de derrotar a unos reyes, los combates en sí mismos, especialmente los del equipo infernal, son bastante desafiantes y entretenidos. Los 1vs1 sí que es cierto que son bastante más sencillos.

Además, tendremos la posibilidad de personalizar ligeramente la vestimenta de Kiryu, tanto en los combates del coliseo como fuera de ellos. Esta implementación se hará todavía mejor en Like a Dragon: Pirate Yakuza in Hawaii para Majima, pero tenemos posibilidades curiosas, además de misiones secundarias que nos piden tener a Kiryu con ciertas vestimentas.

Inspector Gadget peleón
Pese a lo comentado anteriormente con respecto a los controles, el estilo agente es un añadido muy jugoso, pues no se asemeja a nada visto en anteriores entregas de la saga. Si acaso, el Modo Calor Extremo de este estilo se podría asimilar ligeramente al estilo break de Majima en Yakuza 0, pero tampoco es una similitud muy gorda. Aunque vamos a barrer el suelo con los adversarios de la misma forma.
Además, no es solo un estilo que ofrece algo nuevo a nivel de gameplay, sino que también encaja con la nueva vida de Kiryu. Y ver a nuestro cuarto líder del clan Tojo utilizar artilugios como la Araña en cinemáticas le da cierto atractivo adicional. Siempre que no haya una cuenta regresiva como tiempo límite, el estilo por sí mismo es lo suficientemente atractivo como para ponernos a dejar cigarrillos explosivos por el campo y para estamparnos a toda velocidad contra los enemigos.
Recta final
Los momentos iniciales de Like a Dragon Gaiden: The Man Who Erased His Name no son los más impactantes, todo sea dicho. Sin embargo, el último capítulo de este juego —de los cinco que tiene— es muy fuerte a nivel de narrativa. Hay peleas muy importantes, hay algún que otro giro argumental y tenemos una pelea de ideales muy fuerte. El enemigo final viene con bastante carga narrativa, cosa que se agradece.
Es en esta misma recta final cuando vemos el punto de vista de Kiryu durante el anuncio de la disolución del clan Tojo y de los Omi, así que veremos de forma breve a Ichiban Kasuga y a sus aliados, pero las peleas siguieron después de ello.
Ahora, sin duda alguna, la guinda del pastel está en la última cinemática del juego, teniendo uno de los finales más emotivos de toda la saga, donde vemos a Kiryu romper a llorar debido a la soledad a la que se ha visto relegado. Un Kiryu roto por dentro, con el que es imposible no emocionarse si hemos jugado a todas las entregas hasta ahora.

Conclusión
Se nota que Like a Dragon Gaiden: The Man Who Erased His Name es un spin-off debido a su duración. Sin embargo, en calidad no se queda flojo.
El contenido principal no está tan hinchado como los demás juegos, pero tampoco es la intención del título. Además, tiene mucho contenido secundario disfrutable.
Opiniones del autor
La primera vez que jugué a Like a Dragon Gaiden: The Man Who Erased His Name, me lo rusheé, prácticamente, aunque sí que me hice bastantes secundarias. Cuando vi que solo tenía cinco capítulos y lo corto que era, me quedé con una sensación agridulce. El juego me gustó, pero no lo disfruté del todo porque me esperaba otra cosa.
Sin embargo, cuando lo volví a jugar, sí que me puse a hacer mucho más contenido secundario y sabiendo lo que me esperaba —faltaría más, ya me lo había pasado—. Y así se hizo mucho más disfrutable. Pude conectar más con los personajes y me divertí mucho más con el contenido secundario, especialmente con el coliseo. Tanto así que me lo terminé platinando, y no se me hizo pesado en absoluto.
¿A quién le recomendaría este juego?
Diría que este título sirve como expansión para los fans de la saga Yakuza. Como una entrega individual, no se lo recomendaría a nadie que nunca haya jugado a un Yakuza, ya que se necesita bastante contexto para entender bien el título. Fuera de ello, si sí se es fan de la saga, entonces recomendaría jugarlo para disfrutar un poquito más de la saga.
Al final del juego, Hanawa dice que ya sabía que Kiryu vivió bajo el nombre «Suzuki Taichi», el nombre que utilizaba en Yakuza 5. Las teorías apuntan a que Hanawa es, en realidad, Morinaga, ya que es el único que también desapareció de la nada y que, simultáneamente, podría saber esa identidad de Kiryu. Aquí os dejo un link a una publicación de Reddit con varias aportaciones interesantes a esta teoría.